BIOMASA
¿Qué es una caldera de biomasa?
Una caldera de biomasa es una caldera alimentada por biocombustibles sólidos y funciona igual que una caldera alimentada con gas o gasóleo.
Su operación y mantenimiento son muy sencillos, ya que incorporan sistemas de control electrónico para el manejo de la instalación. La limpieza del equipo es totalmente automática, la única operación a realizar por el usuario es la retirada de las cenizas (3-4 veces al año)
Existe una gran variedad de biocombustibles que pueden ser utilizados:
- Pellets: tienen forma cilíndrica, con diámetros normalmente comprendidos entre 6 y 12 mm y longitudes de 10 a 30 mm, producto de la compactación de la biomasa
- Huesos de aceituna / Cascaras de frutos secos: utilizados en el sur donde hay gran disponibilidad.
- Astillas de madera: combustible utilizado en instalaciones industriales, requiere supervisar la calidad del suministro.
- Madera: utilizada en entorno rurales donde hay disponibilidad “sin coste”, requiere una carga manual diaria de la cadera.
El combustible más utilizado para viviendas unifamiliares en entornos urbanos es sin dudas el pellet. Se trata de un producto que se comercializa con unos estándares de calidad normalizados, y que permiten un funcionamiento de la caldera completamente automatizado (igual que una caldera de gasoil, por ejemplo). Existe una gran cantidad de suministradores, siendo los formatos mas habituales de suministro en sacos (para instalaciones con consumos pequeños) o a granel (se sirve con camión cisterna, igual que el gasoil).
¿Por qué una nueva caldera?
El primer aspecto a tener en cuenta es la viabilidad del punto de vista económico:
- Un litro de gasoil hoy cuesta aproximadamente 1,08 € y tiene un poder calorífico de 10 kWh.
- La biomasa cuesta 0,27 €/kg (pellets servido en tu casa), el poder calorifica del pellets es de 5 kWh, es decir 1 l de gasoil equivale a 2 kg de pellets que cuestan 0,54 €.
El coste del calor producido con biomasa es LA MITAD que el producido con gasoil.
Las calderas de biomasa de última generación tienen unos rendimientos superiores al 95%, cuando las calderas de gasoil instaladas suelen tener rendimientos inferiores al 85% (muy inferiores si se trata de calderas obsoletas). Esto se traduce en un ahorro complementario de otro 10% de media.
También hay que tener en cuenta que la instalación de una caldera de biomasa valoriza el inmueble, ya que permite la obtención de la máxima calificación energética.
Por todo lo anterior se trata de una inversión extraordinariamente rentable.
Los sistemas de climatización alimentados con biomasa son respetuosos con el medioambiente, no generan olores como el gasóleo, ni se pueden producir escapes peligrosos como el gas. Pero la mayor ventaja del punto de vista ambiental es el balance neutro de CO2, se puede decir que las emisiones de la biomasa no son contaminantes, ya que su composición es básicamente parte del CO2 captado por la planta origen de la biomasa, y vapor de agua.
Adicionalmente, un gran porcentaje de la biomasa que se usa para producir energía procede de materiales residuales que es necesario eliminar, de esta forma se consigue gestionar residuos procedentes de podas y limpieza de bosques, rastrojos y podas agrícolas, disminuyendo el riesgo de incendios, y a su vez dando un valor a los residuos para que sean aprovechados y reutilizados.
Finalmente también aporta grandes ventajas del punto de vista socioeconomico.
La mayor parte de lo que gastamos en combustibles fosiles (a parte los impuestos que los gravan) es dinero destinado a los paises productores, es decir que no genera valor en nuestro entorno. Sin embargo la biomasa que se usa para su transformación en energía es un recurso disperso en el territorio, que puede tener gran incidencia social y económica en el mundo rural.
Además del desarrollo de nuevas actividades, su utilización genera puestos de trabajo en el medio rural y supone una nueva fuente de ingresos para las industrias locales. Esta oferta de empleo permite fijar la población en los núcleos rurales evitando el abandono de las actividades del mundo rural, la aparición de zonas agrícolas marginales y el desempleo en las grandes ciudades.
Por otra parte, da lugar a la aparición de nuevos tipos de negocio, nuevas empresas, nuevas infraestructuras y servicios en las zonas rurales.